Hay noches que parecen no tener fin. Pero en medio de ellas, Isaías 41:10 enciende una luz: “No temas, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios.” Este versículo es el abrazo de Dios cuando el mundo se desvanece.
La paradoja de la fe Dios no promete quitar la oscuridad, pero sí promete ser tu luz en ella. Su presencia no elimina el dolor, pero lo llena de propósito. Cuando Él dice “te sostendré”, está asegurando que, incluso en la caída, Su mano te levantará.
Tres verdades para aferrarte hoy
- “No temas”: El miedo es una emoción; la fe es una decisión.
- “Yo soy tu Dios”: No eres huérfano; tienes un Padre que actúa.
- “Te sostendré”: Su justicia no es teórica; es tu salvavidas.
Oración para este momento “Señor, hoy elijo creer que estás conmigo. Aunque no vea el camino, confío en que Tú me sostienes. Amén.”
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