
El brutal asesinato de Qiujin Shi a manos de su yerno en Flushing, Queens, ha sacado a la luz un problema que durante años ha permanecido oculto en la comunidad china de Nueva York: la violencia doméstica. Aunque las estadísticas oficiales muestran que los casos reportados son relativamente bajos en esta comunidad, expertos y líderes comunitarios aseguran que el problema es mucho más extendido de lo que parece, y que el estigma cultural y el miedo a las autoridades impiden que muchas víctimas busquen ayuda.
El caso de Shi, una mujer de 50 años apuñalada hasta la muerte por su yerno Wei Sheng Chen, ha conmocionado a la comunidad no solo por su brutalidad, sino porque expone patrones de violencia que a menudo quedan en la sombra. «Este no es un caso aislado», declaró Mei Lin, directora de una organización sin fines de lucro que trabaja con víctimas de violencia doméstica en la comunidad china. «Lo que pasó con Shi es la punta del iceberg. Muchas mujeres sufren en silencio porque tienen miedo de ser juzgadas o de perder el apoyo de sus familias».
Según Lin, el problema de la violencia doméstica en la comunidad china se ve agravado por varios factores culturales. «Hay una fuerte presión para mantener la armonía familiar a cualquier costo», explicó. «Las mujeres a menudo aguantan el abuso para no ‘deshonrar’ a la familia. Y cuando finalmente deciden buscar ayuda, se enfrentan a barreras como el idioma y la desconfianza hacia las autoridades».
En el caso de Shi, los vecinos y familiares han revelado que había tensiones en la familia, especialmente después de que la hija de Shi mencionara la posibilidad de separarse de Chen. «Estaban hablando de divorcio», declaró Guqing Zhang, sobrino de Shi. «Eso parece haber sido el detonante». El divorcio, aunque cada vez más común, sigue siendo un tema tabú en muchas familias chinas, donde se espera que los matrimonios duren toda la vida.
Otro factor que complica la situación es la falta de recursos específicos para la comunidad china. «Muchas mujeres no saben que hay leyes que las protegen o no conocen los servicios disponibles», señaló Lin. «Y cuando intentan buscar ayuda, a menudo se encuentran con barreras lingüísticas o culturales que hacen el proceso aún más difícil».
El crimen de Shi ha generado un debate en la comunidad sobre la necesidad de abordar este problema de manera más abierta. «Tenemos que romper el silencio», declaró un líder comunitario. «No podemos seguir pretendiendo que esto no existe. La violencia doméstica es un problema real, y necesita ser tratado como tal».
Mientras tanto, las autoridades están trabajando para mejorar la respuesta a estos casos. El NYPD ha anunciado que está capacitando a más oficiales en sensibilidad cultural y en cómo manejar casos de violencia doméstica en comunidades inmigrantes. «Es importante que las víctimas sepan que pueden confiar en nosotros», declaró un portavoz del departamento. «Estamos aquí para ayudar, sin importar el estatus migratorio o el idioma que hablen».
El caso de Shi también ha puesto de manifiesto la necesidad de más recursos para las víctimas. «Necesitamos más refugios, más líneas de ayuda en chino, más abogados que entiendan las necesidades específicas de nuestra comunidad», enumeró Lin. «Y sobre todo, necesitamos más educación para que las mujeres sepan que no están solas y que hay ayuda disponible».
Mientras la comunidad llora la pérdida de Shi, muchos esperan que su muerte no sea en vano, sino que sirva como un llamado de atención para abordar un problema que ha estado oculto durante demasiado tiempo. «Esperamos que esto sea un punto de inflexión», declaró un vecino. «Que la muerte de Shi no sea solo una tragedia más, sino el comienzo de un cambio real».