China presenta el imán resistivo más potente del mundo: un avance clave para la ciencia
China sigue rompiendo barreras en innovación tecnológica y científica. En un logro que reafirma su posición de liderazgo, el Instituto de Ciencias Físicas Hefei de la Academia China de Ciencia ha desarrollado el imán resistivo más potente del mundo, capaz de generar un campo magnético estable de 42,02 teslas. Este récord supera ligeramente al alcanzado en 2017 por el Laboratorio Nacional de Alto Campo Magnético de Estados Unidos, que llegó a 41,4 teslas.
Este impresionante avance, que requirió casi cuatro años de desarrollo, abre nuevas puertas para la investigación científica en diversas disciplinas, con especial enfoque en la búsqueda de materiales para tecnologías cuánticas. Los campos magnéticos, al permitir observaciones extremadamente precisas, son herramientas fundamentales para estudios que abarcan la física, la química, la biología y la ingeniería.
Los imanes resistivos: pieza clave en la investigación científica
Los imanes resistivos, como el desarrollado en China, pertenecen a la familia de los electroimanes y se construyen a partir de bobinas de metales comunes. Funcionan al ser alimentados por corriente eléctrica, lo que les otorga la capacidad de ser activados y desactivados según sea necesario. No obstante, su operación genera cantidades considerables de calor, lo que obliga a usar sofisticados sistemas de refrigeración para evitar sobrecalentamientos y asegurar un rendimiento continuo.
A diferencia de los imanes superconductores, que conducen electricidad sin resistencia y generan menos calor, los resistivos ofrecen otras ventajas en términos de manejo y aplicación. Sin embargo, los superconductores deben mantenerse a temperaturas criogénicas, lo que supone un desafío por los altos costos de refrigerantes como el helio líquido.
La innovación detrás del récord
Para lograr este nuevo hito de 42,02 teslas, los científicos chinos realizaron innovaciones en la estructura del imán y optimizaron sus procesos de fabricación. La prueba que permitió alcanzar este nivel requirió una potencia de 32,3 megavatios, apoyada por un sistema de refrigeración líquida que controló la temperatura del imán durante el experimento. Este avance abre la puerta a nuevos descubrimientos en la ciencia, ya que los campos magnéticos tan potentes permiten realizar mediciones extremadamente precisas y observar fenómenos débiles que antes eran difíciles de detectar.
Impacto más allá de la física
Aunque estos potentes imanes son cruciales para investigaciones en física y el desarrollo de tecnologías cuánticas, su utilidad se extiende a otros campos. En química, biología y diversas ramas de la ingeniería, los campos magnéticos juegan un papel esencial en la investigación avanzada. Este nuevo imán resistivo promete convertirse en una herramienta clave para laboratorios y universidades que buscan explorar los límites del conocimiento en diversas áreas.
Por: Rafael Santos