
Las Fuerzas Armadas rusas lanzaron el lunes un ataque masivo contra instalaciones de infraestructura energética que aseguraban el funcionamiento del complejo militar-industrial de Ucrania. Así lo informó el Ministerio de Defensa ruso, precisando que todos los objetivos fueron alcanzados.
Desde el organismo precisaron que el ataque se llevó a cabo con armas aéreas y marítimas de alta precisión y de largo alcance, así como con vehículos aéreos no tripulados.
Según el primer ministro ucraniano, Denís Shmygal, quince provincias se vieron afectadas. En particular, se registraron impactos en las provincias ucranianas de Kiev, Sumy, Ternópol, Odesa, Nikoláev y Járkov, así como en las provincias rusas de Zaporózhie y Jersón y en las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk.
Según explicó Shmygal, la infraestructura energética de varias regiones ha resultado dañada. «[La compañía proveedora de electricidad] Ukrenergo se vio obligada a recurrir a cortes de energía de emergencia para estabilizar el sistema», confirmó el jefe del Gobierno. Asímismo, anunció que «a los jefes de las administraciones militares regionales se les ha encomendado la tarea de desplegar ‘puntos de invencibilidad’ [tiendas de campaña para proporcionar calor y electricidad a los ciudadanos], según sea necesario».
En numerosas ciudades ucranianas las explosines derivaron en cortes de energía y de suministro de agua, así como apagones en la infraestructura ferroviaria. La situación energética es «complicada» en el país, estimó en sus redes sociales el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galúschenko.
«Fue uno de los mayores ataques combinados», confesó Vladímir Zelenski en su cuenta de Telegram. «[Se produjeron] muchos daños en el sector energético», agregó.
En las redes circulan imágenes de los supuestos efectos de estos ataques en la ciudad de Lutsk, donde una instalación de infraestructura resultó dañada, así como de las consecuencias del impacto en una subestación eléctrica en la provincia de Odesa.