Salmos 23:1: “Jehová es mi pastor; nada me faltará.” Este versículo es un recordatorio de la provisión y cuidado continuo de Dios. Al describir a Dios como nuestro pastor, el salmista nos transmite una imagen de guía, protección y sustento. Así como un pastor cuida de sus ovejas, Dios está atento a cada una de nuestras necesidades y vela por nuestro bienestar.
La expresión “nada me faltará” es una afirmación de la suficiencia divina. Dios conoce lo que necesitamos y está comprometido a proveernos de todo lo necesario para nuestra vida. No se trata solo de cosas materiales, sino también de paz, consuelo y fortaleza en los momentos difíciles. Con Dios como nuestro pastor, podemos caminar en fe, sabiendo que Él nos cuida en cada paso.
Este versículo también nos invita a confiar plenamente en la guía de Dios. Al permitir que Él dirija nuestro camino, encontramos seguridad en su amor y sabiduría. Vivir bajo su cuidado nos asegura una vida llena de propósito y nos recuerda que, en su presencia, no hay nada que nos falte verdaderamente.
Por: Rafael Santos