Por: Rafael Santos
Con la victoria de Donald Trump en las elecciones, Nueva York se prepara para enfrentar las políticas de inmigración que el presidente electo podría implementar al asumir su cargo en enero. Durante su campaña, Trump amenazó con desmantelar políticas como DACA, TPS, y poner fin a las ciudades santuario, además de incrementar las deportaciones y acabar con los permisos humanitarios. La administración del alcalde Eric Adams, junto con organizaciones defensoras de derechos de los inmigrantes, ya se moviliza para proteger a las comunidades inmigrantes.
Adams expresó su compromiso en apoyar a los inmigrantes de la ciudad, destacando la importancia de mantener la solidaridad hacia quienes buscan el sueño americano. “Protegeremos a nuestras comunidades de inmigrantes y trabajaremos con la nueva Administración en el Congreso para desarrollar una estrategia nacional realista y compasiva”, afirmó. Adams también enfatizó que la ciudad continuará brindando atención y apoyo a todos los inmigrantes, sin importar su situación migratoria.
En los últimos años, Nueva York ha recibido más de 200,000 nuevos inmigrantes, quienes se han alojado principalmente en albergues para personas sin hogar. La ciudad ha destinado varios hoteles para acoger a los solicitantes de asilo, una medida que Trump criticó en reiteradas ocasiones. Según el exmandatario, “los inmigrantes viven en hoteles de lujo en ciudades gobernadas por demócratas”, una postura que dejó claro en el primer debate presidencial.
El comisionado de Asuntos de los Inmigrantes de Nueva York, Manuel Castro, señaló que el mayor desafío que enfrentan actualmente las comunidades inmigrantes es el temor. Castro aseguró que la ciudad trabaja en brindar información y apoyo a estas comunidades para que comprendan sus derechos y las leyes de santuario que los protegen. Nueva York, al ser una ciudad santuario, limita la colaboración con las autoridades federales en la aplicación de leyes de inmigración, brindando así una protección adicional a los migrantes contra deportaciones.
Una de las normativas destacadas de Nueva York es el “derecho al refugio” (right to shelter), que garantiza una cama en la red de albergues a toda persona que la solicite. Este derecho ha sido fundamental para la protección de la población sin hogar y de inmigrantes, aunque en el último año ha enfrentado desafíos debido al aumento en la llegada de solicitantes de asilo, lo cual obligó a la administración de Adams a implementar algunas restricciones.
Las organizaciones pro inmigrantes también se preparan para resistir cualquier intento de aplicar políticas más restrictivas bajo la próxima administración. Murad Awawdeh, presidente de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC), enfatizó que los inmigrantes han sido una piedra angular en la cultura y economía de Nueva York, asegurando que lucharán contra las políticas que consideren perjudiciales. “Trump no nos derrotará. Nueva York no sería lo mismo sin los inmigrantes que han construido y reconstruido nuestra cultura y economía durante generaciones”, afirmó Awawdeh.
Asimismo, Theo Oshiro, codirector de Se Hace Camino Nueva York, se pronunció sobre la importancia de defender los valores de respeto y dignidad para todas las personas. “Sabemos que todas las personas, independientemente de su estatus de ciudadanía, color de piel o expresión de género, tienen derecho al respeto. Ver traicionado ese valor es una bofetada a generaciones de inmigrantes que han hecho de esta nación lo que es”, expresó.
Las autoridades de Nueva York y las organizaciones pro inmigrantes están preparadas para una posible lucha prolongada, firmes en la defensa de los derechos de las comunidades inmigrantes y en la preservación de la ciudad como un lugar de oportunidades para todos.