Por: Rafael Santos
Nueva York aprueba ley histórica para que grandes contaminadores financien la lucha contra la crisis climática
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, firmó una innovadora ley que obliga a las empresas responsables de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero entre 2000 y 2018 a invertir masivamente en proyectos destinados a combatir los efectos del cambio climático. La medida representa un esfuerzo sin precedentes para responsabilizar a los principales contaminadores y al mismo tiempo aliviar la carga financiera sobre los residentes de Nueva York.
Un fondo multimillonario para la resiliencia climática
La normativa establece que las compañías señaladas deberán aportar colectivamente 3.000 millones de dólares anuales durante los próximos 25 años, lo que suma un total de 75.000 millones de dólares. Este dinero se destinará a la creación de un “Superfondo climático”, diseñado para financiar proyectos clave que aborden los impactos del cambio climático. Entre las iniciativas destacan:
• Mejora de sistemas de drenaje y aguas pluviales: para prevenir inundaciones y mejorar la infraestructura urbana.
• Programas de salud pública: enfocados en mitigar enfermedades relacionadas con el cambio climático.
• Protección costera y reducción de inundaciones: con énfasis en zonas vulnerables a fenómenos extremos como huracanes.
• Reforestación y restauración de ecosistemas: como medidas de mitigación a largo plazo.
Inspiración en precedentes históricos
Esta ley toma como referencia la Ley Federal de Responsabilidad, Compensación y Respuesta Medioambiental, comúnmente conocida como “Superfund”, promulgada en 1980. Aquella normativa obligaba a las empresas a financiar la limpieza de sus propios residuos tóxicos, y ahora Nueva York adapta ese principio para combatir la crisis climática.
“La inspiración del ‘Superfund’ federal nos da la base para exigir que quienes contribuyeron más a este desastre asuman su parte justa de responsabilidad”, expresó Hochul.
Impacto y desafíos
La ley se enfoca en las industrias de petróleo y gas, reconociendo que estas empresas tienen una responsabilidad desproporcionada en la emisión de gases de efecto invernadero. Sin embargo, también se diseñó para no ser excesivamente punitiva, con el fin de garantizar que estas industrias puedan colaborar en la transición hacia un modelo más sostenible.
Liz Krueger, senadora demócrata y una de las impulsoras de la ley, subrayó: “Los mayores contaminadores del planeta deben asumir su responsabilidad. Este es un paso necesario para preparar a Nueva York frente a fenómenos extremos, que ya están costando miles de millones de dólares al estado”.
Costos de la inacción
Según estimaciones, los costos derivados del cambio climático podrían superar los 500.000 millones de dólares para Nueva York hacia 2050, lo que equivale a más de 65.000 dólares por hogar. Además del impacto económico, la crisis climática ya ha dejado una huella tangible en el estado con eventos recientes como:
• Incendios forestales exacerbados por sequías extremas.
• Tormentas de nieve devastadoras, como la que obligó a declarar estado de emergencia en el invierno pasado.
• Inundaciones repentinas que han causado daños millonarios en infraestructuras y viviendas.
Un paso hacia la justicia climática
“Los neoyorquinos ya están pagando el precio del cambio climático con su salud, seguridad y calidad de vida”, afirmó Hochul. La ley busca redistribuir esa carga hacia las corporaciones que, durante décadas, se han beneficiado económicamente mientras contribuían al deterioro del medioambiente.
Esta nueva legislación no solo posiciona a Nueva York como líder en justicia climática, sino que también marca un precedente que otros estados y países podrían seguir en el futuro. Los próximos años serán cruciales para evaluar si este modelo logra cumplir con sus ambiciosos objetivos.