
El proceso que llevó a La Romana-Bayahíbe a convertirse en el primer destino turístico accesible de República Dominicana fue riguroso y meticuloso, cumpliendo con los más altos estándares internacionales de accesibilidad y sostenibilidad. Este logro no solo establece un nuevo estándar para el turismo dominicano, sino que también sirve como un modelo replicable para otros destinos en el Caribe y Latinoamérica.
El proyecto «Destino La Romana Accesible» surgió de una alianza estratégica entre el Ministerio de Turismo (Mitur), la Asociación de Hoteles La Romana-Bayahíbe (AHRB), el Clúster Turístico La Romana-Bayahíbe (CTRB), y el acompañamiento técnico de Open Doors Organization y Travegali. El objetivo era claro: transformar La Romana-Bayahíbe en un destino donde cualquier persona, independientemente de sus capacidades físicas, pudiera disfrutar de todas las atracciones turísticas sin barreras.
El primer paso fue realizar un diagnóstico exhaustivo de la infraestructura existente en las playas de Dominicus y Bayahíbe, así como en los hoteles y atracciones turísticas de la zona. Este diagnóstico identificó las barreras arquitectónicas y sociales que impedían el acceso pleno a las personas con discapacidad. «Fue un proceso de evaluación detallado que nos permitió entender las necesidades específicas de cada grupo», explicó Ana García-Sotoca, directora ejecutiva de AHRB y CTRB.
Una vez identificadas las áreas de mejora, se procedió a diseñar e implementar las adaptaciones necesarias. Esto incluyó la construcción de pasarelas de madera tratada en las playas, la instalación de sillas anfibias para facilitar el acceso al mar, la adaptación de baños públicos con barras de apoyo y lavabos a altura regulable, y la creación de zonas de sombra accesibles. En los hoteles, se adaptaron habitaciones con puertas anchas y baños sin barreras, y se instalaron ascensores con braille y sistemas de audio para personas con discapacidad visual.
Además de las adaptaciones físicas, se implementó un programa de capacitación para más de 500 empleados del sector turístico. Este programa incluyó formación en atención a personas con discapacidad visual, auditiva y motriz, así como en lenguaje de señas básico y protocolos de emergencia para turistas con discapacidad. «La capacitación fue clave para asegurar que todos los visitantes se sintieran bienvenidos y seguros», afirmó Andrés Fernández, presidente de la AHRB y del CTRB.
El proceso de certificación fue otro aspecto fundamental del proyecto. La Romana-Bayahíbe recibió la certificación de Bandera Azul Accesible, un sello que garantiza que el destino cumple con los más altos estándares internacionales de accesibilidad y sostenibilidad ambiental. Para obtener esta certificación, se realizaron auditorías exhaustivas que evaluaron desde la inclinación de las rampas hasta la formación del personal. «La certificación Bandera Azul Accesible nos coloca en un nivel de excelencia que pocos destinos en el mundo han logrado», destacó David Collado, ministro de Turismo.
El impacto de este proyecto va más allá de la infraestructura. Ha generado un cambio cultural en la industria turística dominicana, demostrando que la accesibilidad no es un gasto, sino una inversión en equidad y sostenibilidad. «Este proyecto va más allá de la infraestructura, representa un cambio de mentalidad, una apuesta por la inclusión y la equidad», subrayó Ana García-Sotoca.
Con este logro, La Romana-Bayahíbe se consolida como un referente en turismo accesible, posicionando a República Dominicana en la vanguardia regional de destinos inclusivos y sostenibles. El próximo paso es replicar este modelo en otros destinos del país, como Punta Cana y Samaná, para 2026. «Queremos que todo el país sea accesible. La Romana es solo el comienzo», concluyó Collado.