
La misión Artemis 2, que llevará a cuatro astronautas a orbitar la Luna en 2026, marcará un hito no solo en la exploración espacial, sino también en la medicina personalizada. Por primera vez, los astronautas viajarán acompañados de sus «avatares biológicos»: pequeños dispositivos que contienen células de sus propios órganos, diseñados para estudiar en tiempo real cómo el espacio profundo afecta a su salud.
Estos dispositivos, conocidos como chips de órgano, son parte del proyecto AVATAR (A Virtual Astronaut Tissue Analog Response), desarrollado por la NASA en colaboración con las empresas Emulate y Space Tango. Cada chip contiene células madre hematopoyéticas extraídas de la médula ósea de los astronautas, un tejido especialmente sensible a la radiación y clave para el sistema inmunitario. «Entender cómo la radiación del espacio profundo afecta a la médula ósea es crucial para misiones futuras a Marte», explica Liza Soleymani, investigadora principal del proyecto.
Un experimento único en su tipo
Durante los 10 días que durará la misión, los chips viajarán en un módulo especial diseñado por Space Tango, donde serán expuestos a las mismas condiciones que los astronautas. Al regresar a la Tierra, los científicos analizarán los cambios en las células utilizando secuenciación de ARN, una técnica que permite estudiar cómo se modifican miles de genes en respuesta al entorno espacial.
«Este experimento nos dará una imagen sin precedentes de cómo el espacio afecta a nivel molecular a cada astronauta», añade Soleymani. «Podremos personalizar los tratamientos médicos para cada miembro de la tripulación, algo que será clave en misiones de larga duración, como las de Marte».
El futuro de la medicina espacial
Además de su aplicación en el espacio, la tecnología de los chips de órgano podría tener usos en la Tierra, como el desarrollo de fármacos personalizados o el estudio de enfermedades en entornos controlados. «Estos dispositivos son como laboratorios en miniatura», dice Daniel Huh, de Emulate. «Nos permiten probar cómo reaccionan las células de una persona a diferentes condiciones, desde radiación hasta medicamentos».
Con proyectos como AVATAR, la NASA no solo está preparando el regreso a la Luna, sino también sentando las bases para una nueva era de medicina espacial personalizada, donde la tecnología y la biología se unen para hacer que los viajes al espacio profundo sean más seguros para los humanos.