El adolescente de 16 años fue acusado de un cargo de aterrorizar y dos cargos de posesión de arma de fuego por parte de un menor, al entrar a una iglesia de Luisiana armado, pero los asistentes lo detuvieron antes de que ocurriera una tragedia.
Los feligreses de una iglesia en Luisiana evitaron un posible tiroteo masivo, cuando varios de ellos confrontaron a un adolescente armado que entró al templo durante un servicio de Primera Comunión celebrado para 60 niños.
El sospechoso de 16 años ha sido acusado de un cargo de aterrorizar y dos cargos de posesión de arma de fuego por parte de un menor, de acuerdo con el Departamento de Policía de Abbeville, luego de que irrumpiera por la puerta de atrás de la iglesia católica St. Mary Magdalen, a unas 20 millas al sur de Lafayette.
Las autoridades no revelaron otras sobre el joven, incluyendo su posible motivación y cómo consiguió el arma.
Entonces, las personas allí presentes lo confrontaron cuando ingresó a recinto religioso, que no permite el porte de armas de fuego, y lo detuvieron antes de que tuviera la oportunidad de causar algún daño físico, expresó John Listi, quien encabeza el ministerio juvenil de la iglesia.
“Hubo varias personas aquí en la comunidad que ante la aterradora situación se mantuvieron firmes y querían asegurarse de que la comunidad estuviera segura y no pensaron en sí mismos en lo más mínimo ni se pusieron en peligro”, explicó Listi.
Manifestó que la iglesia, que tiene entre 2,200 y 2,500 familias, está conmocionada y aterrorizada por lo sucedido.
“Nuestra comunidad saldrá de esto más fuerte que nunca”, dijo. “Nos estamos apoyando en nuestra fe en este momento”.
En un video obtenido por la televisión local, KADN, muestra el caos que se desata en medio de la misa, a Listi arrodillado antes de acercarse al altar y comentarle al pastor, que tiene las manos arriba en oración, lo que estaba ocurriendo.
“Me gustaría que todos se sentaran un momento”, dice el sacerdote. Mientras lo hace, se ve a la gente dando vueltas y el alboroto de la multitud se hace más fuerte.
Unos veinte segundos después, pide a los asistentes: “Me gustaría que todos se unieran a mí en oración”.Y comienza el Avemaría.
“Ave María llena eres de gracia. El Señor está contigo”, dice, mientras los gritos de los niños resuenan en el templo religioso. Unos 40 segundos después, un funcionario de policía entra en escena al frente de la iglesia.
Cerca de dos minutos después, aunque no está claro por qué la escena se vuelve un caos, con gritos y la gente tomando a sus niños y llevándolos a un sitio seguro, mientras los que se quedaron estaban mirando frenéticamente a su alrededor, informó The Washington Post.
El pastor y un diácono se arrodillaron tras el altar buscando protección. Unos 30 segundos después, los monaguillos salen corriendo detrás de los dos hombres arrodillados.
Minuto y medio después, alguien dice por un micrófono, lo siguiente: “Escuchen, chicos, contacten a su hijo. Ir lentamente. Detuvimos a un joven. Está bajo custodia. Está bajo custodia policial. Cálmate, acércate a tu hijo y ve despacio”.
En este sentido, la iglesia publicó en su sitio en línea que tendría a oficiales uniformados en las siguientes misas.
“Invitamos a los primeros comulgantes a recibir la Primera Comunión en la misa que elijan asistir este fin de semana”, escribieron los líderes de la iglesia. “Estamos agradecidos por todas las oraciones por nuestra comunidad de Santa María Magdalena”.
En Estados Unidos, los lugares de culto no han salido airosos del flagelo de los asesinatos masivos que han alterado la vida de sus ciudadanos.
En 2015, nueve fieles afroamericanos fueron asesinados en un tiroteo en un estudio bíblico de una iglesia en Carolina del Sur por un autodenominado supremacista blanco.
Además, en 2017, un sujeto que empuñaba una AR-15 mato a 25 personas y un feto en una iglesia a la que asistía su suegra en Sutherland Springs, Texas.
En el año 2018, un hombre con entrenamiento para matar a tantos judíos como pudiera, fue disparado fatalmente de 11 disparos en la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh.
Por su parte, la alcaldesa de Abbeville, Roslyn White, hizo una publicación en la red social Facebook que estaba agradecida por los “individuos valientes y diligentes que mantuvieron segura a nuestra comunidad bajo amenaza y los oficiales que permanecieron concentrados bajo circunstancias inimaginablemente estresantes”.
Por Marlyn Montilla