SpaceX fija además los objetivos del próximo lanzamiento.
Musk es cada vez más realista con los tiempos de Starship.
SpaceX se construyó a base de plazos demenciales impuestos por Elon Musk. En 2008, el Falcon 1 había fallado tres veces en tres años consecutivos, pero Musk pidió a su equipo que ensamblara un cuarto cohete. Eso sí, en lugar de darles otro año de plazo, les dijo que lo hicieran en seis semanas. Y lo consiguieron en apenas ocho.
Musk es cada vez más realista con los tiempos de Starship. El desarrollo de Starship ha sido igual o más vertiginoso que el de otros cohetes y naves espaciales de SpaceX. Sin embargo, Elon Musk tiende a ser cada vez más realista con los plazos de lanzamiento.
Hace unas semanas, tuiteó: «Starship debería poder llegar a la Luna en menos de cinco años». Todo un jarro de agua fría para los que seguían creyendo que la misión Artemis III tendría lugar en 2026, como dice oficialmente la NASA (mientras por lo bajini prepara una alternativa).
El cuarto vuelo del cohete tendrá que esperar. Del mismo modo, Musk se ha pronunciado sobre el cuarto vuelo de prueba de Starship, descartando las previsiones anteriores de hacerlo a mediados de mayo.
Según el magnate, faltan «probablemente de tres a cinco semanas» para que el propulsor Super Heavy ‘Booster 11’ y la nave Starship ‘Ship 29’ estén listas para el despegue, por no hablar de la aprobación regulatoria.
Musk fija el objetivo del vuelo 4. En el mismo tuit, Musk dijo que el objetivo del cuarto vuelo será que la nave Starship sobreviva a la reentrada atmosférica, o al menos supere la fase de máximo calentamiento durante el frenado de la nave por el rozamiento con el aire.
Durante el vuelo de prueba anterior, la Starship 28 alcanzó con éxito el espacio y una velocidad casi-orbital, pero cuando reentró en la atmósfera 40 minutos después, no sobrevivió al calor y se desintegró. Eso sí, sus antenas Starlink retransmitieron hasta el último momento en directo.
El Super Heavy también tendrá su protagonismo. Aunque es un objetivo secundario, otra prueba que SpaceX quiere completar en este cuarto vuelo es un aterrizaje simulado del Booster 11 en el Atlántico.
Después de separarse de la etapa Starship, el propulsor se colocará en vertical para simular un aterrizaje en una torre virtual en el Golfo de México. Será un ensayo antes del primer aterrizaje del Super Heavy en los brazos mecánicos de la torre de lanzamiento (Mechazilla), con suerte durante el quinto vuelo.
En cuanto al quinto vuelo, también podría acabar retrasándose. Las preparaciones marchaban bien y el cohete ya había realizado pruebas de encendido en tierra, pero la Starship tuvo algún problema eléctrico durante una prueba de presurización criogénica ayer por la tarde.
Matías S. Zavia