
En el salón comunitario de una iglesia en Washington Heights, un grupo de dominicanos, puertorriqueños y mexicanos discute acaloradamente sobre las elecciones mientras saborean café y pastelitos. «Mamdani es el único que habla de nosotros», argumenta Juan Pérez, un taxista de 42 años. «Pero Cuomo tiene experiencia», replica Carmen Rodríguez, una maestra jubilada de 65. Esta conversación, repetida en barrios latinos por toda la ciudad, refleja la división generacional que podría determinar el resultado de las elecciones. Con 1.8 millones de habitantes, los latinos representan el 29% de la población de Nueva York, pero su poder electoral ha sido históricamente subestimado. En 2025, sin embargo, podrían ser la llave para definir quién ocupará la Alcaldía, especialmente porque el 65% de los votantes latinos registrados son menores de 50 años, un grupo que apoya mayoritariamente a Zohran Mamdani.
Lo que hace interesante al voto latino este año es su diversidad. Mientras los dominicanos y puertorriqueños tienden a ser más progresistas, los colombianos y ecuatorianos, concentrados en Queens, son más conservadores en temas económicos. Esta división se hace evidente en los barrios: en el Alto Manhattan y el Bronx, donde predomina la comunidad dominicana, el apoyo a Mamdani supera el 70%, mientras que en Jackson Heights y Elmhurst, con mayor presencia colombiana, Cuomo lidera con un 45%. «No somos un bloque monolítico», explica la activista María López. «Tenemos preocupaciones distintas según nuestra nacionalidad, nuestra edad y nuestra situación económica». Para los jóvenes latinos, la vivienda y el transporte son las prioridades, mientras que los mayores valoran más la seguridad y la estabilidad económica.
El factor decisivo podría ser la participación. En 2021, solo el 35% de los latinos elegibles votó en las elecciones municipales. Si en 2025 este número supera el 50%, como esperan los organizadores comunitarios, Mamdani podría ganar con un margen de 3 a 5 puntos. «Esta es nuestra oportunidad de demostrar nuestro poder», dice Alejandro Gómez, un activista de 30 años que trabaja en la campaña de Mamdani. «Pero tenemos que salir a votar». El desafío es grande: muchos latinos, especialmente los más jóvenes, sienten que el sistema político no los representa. «Ningún candidato habla de los problemas reales de nuestra comunidad», se queja Ana Martínez, una estudiante universitaria de 22 años. Sin embargo, la campaña de Mamdani ha logrado conectar con este sector, especialmente con su propuesta de congelar los alquileres y hacer el transporte público gratuito.
Lo que preocupa a los estrategas políticos es que, a pesar del entusiasmo, la participación latina sigue siendo impredecible. «Podemos tener todo el apoyo del mundo, pero si no votamos, no servirá de nada», advierte Luis Rivera, un líder comunitario del Bronx. En un esfuerzo por movilizar a los votantes, organizaciones como Make the Road New York han lanzado campañas de registro y educación cívica en español. «Estamos trabajando contra el reloj», dice Rivera. «Muchos de nuestros jóvenes no están registrados, y otros no saben dónde votar». La diferencia entre una participación del 40% y una del 50% podría ser decisiva en una elección que se espera ajustada.
El tema que más resuena entre los votantes latinos es la vivienda. Con el 70% de los latinos siendo inquilinos y el 40% gastando más de la mitad de sus ingresos en alquiler, las propuestas de Mamdani han encontrado un público receptivo. «No podemos seguir así», dice Rosa García, una madre soltera que vive en un apartamento en East Harlem. «Si los alquileres siguen subiendo, tendremos que mudarnos, y no hay adónde ir». Esta preocupación es especialmente aguda entre los centroamericanos, muchos de los cuales tienen familiares indocumentados y enfrentan el riesgo constante de desalojo. «Necesitamos un alcalde que entienda nuestra realidad», dice García, quien planea votar por primera vez en estas elecciones.
Lo que complica el panorama es que, mientras los jóvenes latinos apoyan abrumadoramente a Mamdani, los mayores de 60 años aún prefieren a Cuomo, recordando su gestión durante el huracán Sandy y su promesa de aumentar la seguridad. «No es que no nos guste Mamdani, pero Cuomo sabe cómo gobernar», explica Miguel Sánchez, un pequeño empresario de 58 años. Esta división generacional dentro de la comunidad latina podría ser crucial. Si los jóvenes acuden en masa a las urnas, podrían inclinar la balanza a favor de Mamdani. Si los mayores dominan la participación, como ha ocurrido en elecciones anteriores, Cuomo tendría una ventaja significativa. «Todo se reducirá a quién logre movilizar mejor a su base», predice la analista política Sofia Mendoza. «Los latinos tenemos el poder de decidir esta elección, pero tenemos que usarlo».