
El telescopio espacial James Webb de la NASA ha logrado un hito sin precedentes al capturar la primera imagen directa de un exoplaneta ligero, el más liviano jamás observado con esta técnica. Este descubrimiento, publicado en la revista Nature y liderado por la astrónoma Anne-Marie Lagrange desde el Observatorio de París, representa un avance clave en la búsqueda y caracterización de exoplanetas.
El Exoplaneta TWA 7b
El planeta, bautizado como TWA 7b, orbita una estrella situada a unos 110 años luz de la Tierra. Lo más intrigante no es su ubicación o su tamaño, sino que se encuentra envuelto en un disco de escombros cósmicos y polvo, en plena formación de un sistema planetario. Este hallazgo se logró gracias al instrumento MIRI del James Webb, equipado con un coronógrafo que bloquea la intensa luz de la estrella para observar mejor su entorno.
Tecnología y Observación
El equipo de astrónomos utilizó esta tecnología para mirar el sistema «desde arriba», en orientación pole-on, lo que facilitó ver los anillos de polvo con una nitidez sin precedentes. En la imagen apareció una fuente luminosa en mitad de un anillo estrecho, rodeada por dos zonas casi vacías. Las simulaciones confirmaron que solo un planeta con características muy concretas podría dar forma a esa estructura tan precisa. El estudio indica que la masa estimada del planeta, cercana a un tercio de la de Júpiter, encaja perfectamente con la forma del anillo y las zonas vacías que lo rodean.
Características del Exoplaneta
Este exoplaneta tiene una masa parecida a la de Saturno, lo que lo convierte en el más liviano que se ha logrado capturar en imagen directa. TWA 7b está muy lejos de su estrella, a unas 52 unidades astronómicas, más o menos la misma distancia que hay entre el Sol y la órbita de Plutón. Tarda varios siglos en dar una vuelta completa y no es un planeta cálido, sino frío, con una temperatura que ronda los -47 grados Celsius.
Otras Posibles Explicaciones
Los investigadores también valoraron otras posibles explicaciones para la fuente luminosa, como que se tratase de una galaxia lejana alineada por casualidad con el disco de polvo. Sin embargo, tras analizar la probabilidad estadística y cruzar datos de otros observatorios, lo descartaron. La opción de que sea una galaxia de fondo situada justo ahí tiene apenas un 0,34% de probabilidad.
Futuras Observaciones
Según las simulaciones por ordenador incluidas en el estudio, el planeta no solo existe, sino que es el responsable de esculpir el anillo en el que se encuentra, creando una zona de escasez de material justo a su paso. Los investigadores creen que, con observaciones más profundas del James Webb, será posible detectar cuerpos todavía más pequeños, de hasta una cuarta parte de la masa de Júpiter, a distancias parecidas.
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