Por: Rafael Santos
Un mensaje de reconciliación y esperanza en medio de la adversidad global
En el marco de las celebraciones de Navidad, el papa Francisco dirigió un emotivo discurso “Urbi et Orbi” (A la Ciudad y al Mundo), haciendo un llamado a la reconciliación global y destacando los desafíos que enfrenta la humanidad en diversos rincones del planeta. El mensaje coincidió con el inicio del Año Santo 2025, dedicado a la esperanza, y enfatizó la necesidad de superar divisiones, silenciar las armas y promover la paz en un mundo marcado por conflictos y desigualdades.
El llamado a la esperanza y reconciliación global
El pontífice destacó la urgencia de encontrar soluciones a las divisiones que afligen al mundo. Desde la logia de la Basílica de San Pedro, Francisco pidió a cada persona y nación convertirse en “peregrinos de esperanza”, subrayando que este esfuerzo incluye reconciliación incluso con los enemigos. En su mensaje, invocó la Puerta Santa de la basílica, símbolo de la misericordia de Dios, que permite superar el odio y el espíritu de venganza.
Enfocándose en zonas de conflicto
El papa centró su atención en algunas de las regiones más afectadas por la violencia:
• Ucrania y Medio Oriente: Abogó por el fin de los enfrentamientos, destacando la grave situación humanitaria en Gaza, así como los conflictos en Siria y Líbano. También reiteró su llamado a la liberación de los rehenes capturados por Hamás en octubre de 2023.
• África: Mencionó el brote de sarampión en la República Democrática del Congo, como un ejemplo de cómo las enfermedades se agravan en regiones afectadas por conflictos.
• Asia y Myanmar: Recordó a los desplazados que huyen de sus hogares debido al constante choque de armas.
Francisco también dedicó un pensamiento especial a los niños víctimas de la guerra y el hambre, a los ancianos que viven en soledad, a los desplazados por la violencia y a quienes son perseguidos por su fe.
Celebración del Año Santo y el Jubileo
Con el inicio del Año Santo 2025, se espera la llegada de 32 millones de peregrinos a Roma. La Puerta Santa, que fue abierta en Nochebuena, representa una tradición de indulgencias que data del año 1300. Los peregrinos describieron la experiencia como profundamente emotiva, aliviando sus cargas espirituales mientras confiaban sus preocupaciones a Dios.
Contrastes entre celebraciones y adversidades globales
Coincidencia con Hanukkah
Este año, la Navidad coincidió con el inicio de Hanukkah, algo que ocurre pocas veces debido a las diferencias entre los calendarios judío y gregoriano. Sin embargo, esta celebración judía, que normalmente es alegre, se vio marcada por las tensiones en Medio Oriente y un aumento en los incidentes de antisemitismo.
En Irak: Cristianos en resistencia
Los cristianos en las llanuras de Nínive, que enfrentan incertidumbres constantes sobre su futuro, celebraron la Navidad en un contexto de inseguridad. La comunidad cristiana en Irak, que alguna vez ascendió a 1.4 millones de personas, ha disminuido significativamente desde 2003.
Alemania: Duelo en las festividades
En Alemania, las celebraciones navideñas fueron opacadas por un ataque mortal en un mercado navideño en Magdeburgo, que dejó cinco muertos y más de 200 heridos. Las autoridades llamaron a la unidad para enfrentar el odio y la violencia.
Esperanza en medio de la guerra: Ucrania y Gaza
En el este de Ucrania, los soldados pasaron una segunda Navidad bajo fuego. A pesar de la tristeza y el cansancio, muchos guardan la esperanza de que las tensiones disminuyan con el tiempo. De igual manera, en Gaza, una pareja cristiana desplazada expresó su anhelo por la paz mientras celebraba la Navidad en un campamento de refugiados.
Un mensaje universal de paz
El discurso del papa Francisco, acompañado por las festividades del Jubileo, resalta la importancia de la solidaridad y la esperanza en un mundo convulso. En este Año Santo, su mensaje invita a superar divisiones y construir un futuro donde la reconciliación sea la base de la convivencia global.