Por: Rafael Santos
Concejo Municipal aprueba ley que transfiere costos de brokers a los propietarios en Nueva York
Con un respaldo mayoritario de 42 votos a favor sobre 51, el Concejo Municipal aprobó una ley que promete aliviar una carga económica significativa para los inquilinos de Nueva York. La normativa, promovida por el concejal Chi Ossé, establece que los costos asociados con los agentes inmobiliarios (brokers), comúnmente sufragados por los inquilinos, serán responsabilidad del propietario del inmueble. Este cambio, conocido como la Ley de Equidad en el Alquiler de Apartamentos, busca hacer justicia en un mercado inmobiliario que históricamente ha cargado a los arrendatarios con tarifas exorbitantes.
“El que invita paga”: un alivio para los inquilinos
La concejal Pierina Sánchez resumió el espíritu de la ley con una frase contundente: “El que invita paga”. Bajo esta premisa, la ley busca que el propietario, quien contrata los servicios de un broker para encontrar inquilinos, asuma el costo del servicio en lugar de trasladarlo al arrendatario.
Felipe Idrobo, un inmigrante ecuatoriano, relató las dificultades para mudarse debido a los altos costos iniciales. En su caso, le exigieron cerca de $12,000, suma que incluía un mes de renta, un depósito y la tarifa del broker. Historias como la suya se repiten en toda la ciudad, donde las inmobiliarias cobran hasta el 30% del valor anual del arriendo.
¿Qué cambia con la nueva normativa?
Además de transferir el costo del broker al propietario, la ley establece:
• Transparencia en los costos: Las agencias deberán revelar de antemano todas las tarifas relacionadas con el alquiler.
• Multas por incumplimiento: Los agentes inmobiliarios que violen esta normativa enfrentarán multas de al menos $1,000.
• Protección para los más vulnerables: Organizaciones como Legal Aid Society han destacado que esta ley elimina barreras financieras para neoyorquinos de bajos ingresos, quienes frecuentemente enfrentan dificultades para cubrir estos costos adicionales.
Reacciones de la comunidad y expertos
La aprobación de esta legislación ha sido recibida con entusiasmo, especialmente entre comunidades de clase trabajadora. José López, codirector ejecutivo de Make the Road New York, destacó que esta medida era urgente en una ciudad donde el costo de vida es cada vez más inasequible.
“Hoy, los inquilinos de clase trabajadora ganaron. Por fin, los neoyorquinos nunca más se verán obligados a pagar por un agente inmobiliario que no hayan contratado”, afirmó López.
Sin embargo, algunos críticos sugieren que esta ley no elimina el costo del broker, sino que lo redistribuye. Chi Ossé respondió a estas preocupaciones aclarando que el objetivo no es acabar con las tarifas, sino garantizar que sean asumidas por quien contrata al broker, es decir, el propietario.
Un problema que afecta a todos
Los inmigrantes y las familias de bajos recursos son los más afectados por los costos iniciales al alquilar un espacio. María Abeja, madre mexicana, compartió su experiencia:
“Ese pago de un mes de renta solo por mostrarle a uno el apartamento es un descaro. Desde hace rato ese costo debería pagarlo el dueño que pone en arriendo el sitio”.
Incluso quienes rentan habitaciones han sufrido este tipo de tarifas. Hildardo López, quien vive en Queens, relató que tuvo que pagar una tarifa adicional para alquilar un cuarto pequeño, a pesar de su limitada capacidad económica.
Datos clave
• $10,000 a $15,000: El monto promedio que necesita un neoyorquino para mudarse.
• 3 meses de alquiler: Lo que suelen exigir las inmobiliarias como pago inicial.
• $1,000: Multa mínima para quienes violen la nueva ley.
• 30% del valor anual del arriendo: Tarifa máxima que algunas agencias cobran actualmente.
Conclusión
La aprobación de esta ley marca un paso importante hacia la equidad en el mercado inmobiliario de Nueva York. Si bien el alcalde Eric Adams aún debe firmarla para su implementación, su adopción por amplia mayoría garantiza que el cambio está en marcha. Para inquilinos como Felipe, María y Hildardo, esta normativa representa un alivio en una ciudad donde conseguir un techo digno se ha convertido en un desafío monumental.