Por: Rafael Santos
El expresidente y candidato republicano Donald Trump ha hecho declaraciones contundentes sobre su política exterior en relación con China y México, advirtiendo sobre la posibilidad de imponer aranceles significativos si regresa a la Casa Blanca. Durante un mitin en Pittsburgh, Pensilvania, Trump afirmó que mantendría una buena relación con China, pero que esta buena voluntad podría romperse si el país asiático continúa exportando fentanilo a Estados Unidos a través de México. “Vamos a tener una buena relación con China, pero si venden fentanilo a EE.UU. a través de México vamos a poner un 25 % de arancel hasta que paren de hacerlo”, dijo Trump, enfatizando la gravedad de la situación de las drogas en el país.
La crítica de Trump hacia China no es nueva; ha estado en el centro de su retórica política desde su primera campaña presidencial. La preocupación por el fentanilo, un opioide sintético que ha contribuido a la crisis de salud pública en Estados Unidos, ha llevado a muchos políticos a señalar la necesidad de frenar su entrada al país. Trump se comprometió a tomar medidas drásticas, insistiendo en que cualquier producto que México venda a EE.UU. estaría sujeto a aranceles hasta del 25 % si no se detiene el flujo de drogas.
Además, Trump expresó su intención de imponer aranceles aún más severos si la situación no mejora, aumentando las tarifas a 50 %, 75 % y, en última instancia, hasta el 100 %. “Si eso no funciona, lo subo a un 50 % y si tampoco funciona a un 75 %. Después, lo subiré a un 100 %”, aseguró el exmandatario. Estas amenazas no solo apuntan a combatir el tráfico de drogas, sino que también se entrelazan con la defensa de la industria estadounidense, especialmente en estados que han visto un impacto negativo por la globalización y la competencia de manufactura extranjera.
Trump también ha vinculado la importación de vehículos de México, que a menudo son fabricados con piezas de China, a la pérdida de empleos en estados como Míchigan y en ciudades icónicas como Detroit. “Los aranceles van a ser del 100 % en cualquier coche que se haga en estas fábricas en México”, advirtió. Esta postura ha resonado con muchos votantes que se sienten traicionados por las políticas comerciales que han contribuido a la deslocalización de empleos.
Durante su mandato, Trump utilizó los aranceles como herramienta de presión para forzar cambios en la política migratoria de México, logrando un acuerdo que buscaba controlar las rutas migratorias. Su administración también llevó a cabo una guerra comercial con China que resultó en la imposición de aranceles a productos por un valor de aproximadamente 370,000 millones de dólares anuales. Aunque ambos países firmaron una tregua en enero de 2020, Trump ha afirmado que China incumplió sus compromisos de compra de bienes estadounidenses.
La mezcla de temas de lucha contra las drogas y la economía en el discurso de Trump refleja su estrategia para atraer a un electorado preocupado tanto por la seguridad como por la recuperación económica. A medida que se acercan las elecciones, su enfoque en estos temas podría ser determinante para su campaña y su posible regreso al poder. La combinación de aranceles, comercio y seguridad ha demostrado ser una jugada política efectiva en el pasado, y Trump parece decidido a repetir esa estrategia.