Por: Rafael Santos
Hochul da luz verde al impuesto de congestión en Manhattan: se aplicará desde enero de 2024
Después de meses de suspensión, la Gobernadora Kathy Hochul autorizó la implementación del controvertido impuesto de congestión en Manhattan. Este nuevo peaje, diseñado para reducir la congestión vehicular y financiar proyectos de transporte, cobrará a los conductores que transiten al sur de la calle 60 de Manhattan, comenzando en enero de 2024.
Inicialmente planteado en $15, el costo fue ajustado en un 40% tras críticas por su impacto económico. Las nuevas tarifas incluyen:
• $9 para vehículos de pasajeros (pago único diario).
• $4.50 para motocicletas.
• $14.40 para camiones pequeños y autobuses que no sean de pasajeros.
• $21.60 para camiones grandes y autobuses turísticos.
Adicionalmente, se contemplan descuentos nocturnos del 75% y créditos para quienes crucen túneles. Vehículos de transporte por aplicaciones como Uber pagarán $1.50, mientras que taxis y limusinas negras tendrán un costo de $0.75.
Impacto y objetivos del nuevo impuesto
La Gobernadora Hochul justificó esta medida afirmando que ayudará a ahorrar hasta $1,500 al año a los conductores, descongestionar las calles, reducir la contaminación y mejorar el transporte público.
“Este es un paso importante para desatascar nuestras calles y ofrecer un transporte más eficiente para millones de neoyorquinos”, destacó Hochul.
El presidente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA), Janno Lieber, calificó la decisión como un “hito” que beneficiará a los 6.5 millones de viajeros diarios. Según Lieber, la recaudación proyectada de $15,000 millones anuales permitirá completar proyectos esenciales, como las mejoras ya realizadas en las líneas 7 y L.
Marie Therese Dominguez, comisionada del Departamento de Transporte, subrayó que esta medida contribuirá a una ciudad más limpia y segura, facilitando el tránsito para vehículos de emergencia y promoviendo un aire menos contaminado.
Críticas y desafíos
Aunque la reducción de tarifas alivió parte de las preocupaciones, el impuesto sigue siendo controversial. Algunos ciudadanos consideran que la medida afecta a las familias trabajadoras y pequeños negocios que dependen del transporte privado.
El debate continúa, pero las autoridades aseguran que los beneficios superarán los costos, posicionando a Nueva York como un referente en la gestión del tráfico urbano.