
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard y el Massachusetts General Hospital ha identificado una proteína clave que podría ser responsable de las arritmias letales que ocurren tras un infarto, un hallazgo que podría salvar miles de vidas cada año. Según el estudio, publicado en ScienceDaily, la proteína RELMy (Resistin-like molecule gamma), producida por células inmunitarias, daña el músculo cardíaco y provoca arritmias graves en las primeras horas después de un ataque al corazón. Este descubrimiento explica por qué algunos pacientes, incluso después de recibir atención médica, desarrollan complicaciones fatales como la taquicardia ventricular, una de las principales causas de muerte súbita.
Los investigadores descubrieron que, tras un infarto, el corazón es inundado por neutrófilos, células del sistema inmunitario que intentan reparar el tejido dañado. Sin embargo, en el proceso, estas células liberan grandes cantidades de RELMy, una proteína que perfora las membranas de los cardiomiocitos (células del músculo cardíaco), alterando su función eléctrica y desencadenando arritmias potencialmente mortales. El equipo, liderado por los doctores Nina Kumowski y Matthias Nahrendorf, demostró en modelos animales que la eliminación del gen Retnlg (que produce RELMy) redujo en doce veces la incidencia de arritmias después de un infarto. Además, en humanos, los científicos encontraron un gen equivalente, llamado RETN, con niveles elevados en las zonas del corazón dañadas por el infarto, lo que sugiere que este mecanismo podría ser universal en diferentes especies.
Para entender el papel de RELMy, los investigadores utilizaron técnicas de secuenciación de ARN y microscopía avanzada, que les permitieron visualizar cómo esta proteína afecta el tejido cardíaco a nivel molecular. Los resultados indican que RELMy no solo daña las células, sino que también alterar su capacidad para conducir señales eléctricas, lo que explica su relación con las arritmias fatales. «Este hallazgo es un punto de inflexión«, declaró el Dr. Nahrendorf, quien añadió que neutralizar RELMy podría ser la clave para prevenir muertes súbitas en pacientes que han sufrido un infarto. «Si logramos desarrollar un fármaco que bloquee su acción, podríamos salvar muchas vidas«, aseguró.
El equipo ya está trabajando en el desarrollo de terapias que puedan inhibir la acción de RELMy, un proyecto que cuenta con el apoyo de instituciones como la Fundación Leducq, el Instituto Nacional de Salud de EE.UU. y la Fundación Británica del Corazón. «Estamos en una fase crucial«, explicó la Dra. Kumowski, quien destacó que este tipo de tratamientos podría reducir la mortalidad en las primeras 48 horas después de un infarto, el período más crítico para los pacientes. Además, este descubrimiento podría revolucionar el manejo de las complicaciones postinfarto, ofreciendo a los médicos una herramienta específica para proteger el corazón en sus momentos más vulnerables.
Este avance no solo abre nuevas posibilidades terapéuticas, sino que también refuerza la importancia de seguir investigando los mecanismos inmunitarios que participan en la reparación del corazón después de un daño. Los expertos esperan que, en el futuro, este conocimiento se traduzca en tratamientos personalizados que mejoren la supervivencia y la recuperación de los pacientes. Mientras tanto, los investigadores recomiendan a la población adoptar hábitos saludables para reducir el riesgo de infartos, como una dieta equilibrada, ejercicio regular y controles médicos periódicos, ya que la prevención sigue siendo la mejor estrategia para evitar complicaciones cardíacas.