Dios no evita las tormentas, pero Sí te acompaña en ellas
«El Señor es mi pastor» no es una promesa de un vida fácil, sino de una presencia constante. David lo escribió desde la experiencia de un hombre que enfrentó lobos, desiertos y enemigos. Sin embargo, su confianza no estaba en la ausencia de peligros, sino en el Pastor que nunca lo abandonó.
Verdes pastos en medio del valle
Los «verdes pastos» no son un lugar, sino una postura del corazón: la decisión de confiar en que Dios provee, incluso cuando todo parece escasear. ¿Estás en un «valle»? Él puede convertirlo en un lugar de crecimiento.
Aguas tranquilas para una mente inquieta
Las «tranquilas aguas» no son la ausencia de problemas, sino la paz que viene de saber que Él está contigo. En medio del ruido, Dios te invita a enfocarte en Su voz, no en las olas.
Fuerza para el que ya no puede
«Me infunde nuevas fuerzas» es la promesa de que, cuando tú ya no puedas, Dios sí. No es autoayuda; es dependencia total de Aquel que nunca se cansa.
Sendas de justicia: Su amor, no tu esfuerzo
Dios no te guía porque lo merezcas, sino porque te ama. Las «sendas de justicia» no son un premio, sino un regalo de Su gracia. Aunque tropieces, Él te levantará.
Para hoy: Deja que Él lleve el peso Si hoy te sientes al borde del colapso, haz esto:
- Reconoce tu cansancio ante Dios.
- Entrega tus cargas a Él.
- Descansa en Su promesa: «Nada te faltará».
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