Más Allá de lo Físico: El Impacto Emocional de los Desastres
Cuando ocurren desastres como incendios forestales o huracanes, las necesidades inmediatas suelen centrarse en la seguridad física y los recursos básicos. Sin embargo, el impacto emocional y psicológico puede ser igualmente devastador. La pérdida de un hogar, la sensación de inseguridad y el estrés financiero pueden dejar cicatrices profundas que tardan tiempo en sanar.
David Kessler, experto en duelo, explica que «el hecho de que los camiones de bomberos se alejen no significa que el desastre haya terminado». El dolor y la incertidumbre pueden persistir durante meses o incluso años, afectando tanto a individuos como a comunidades enteras.
Fortalecer Redes de Apoyo Social
Kat Robinson-Malone, cuya casa en Tampa sufrió daños por las inundaciones del huracán Helene, destaca la importancia de contar con una red de apoyo sólida. «Es frustrante y tienes momentos de ira», dice, pero también reconoce la gratitud por el apoyo de amigos, vecinos y familiares. Para ella, hablar con un terapeuta y participar en grupos de apoyo ha sido fundamental para procesar sus emociones.
Robinson-Malone también enfatiza la importancia de dejar de lado la culpa por compararse con quienes han perdido más. «Todos estamos pasando por esto de una manera diferente», señala. Aceptar que cada persona maneja el duelo a su propio ritmo es clave para la sanación.
Hablar con Niños: Validar sus Sentimientos
Los niños son especialmente vulnerables durante estos eventos traumáticos. David Kessler recuerda cómo perdió su propia infancia tras perder su hogar en Mississippi en 1969. Los padres deben asegurarles que están a salvo y validar sus miedos sin minimizarlos. Frases como «Estoy contigo en tu miedo y podemos superarlo juntos» pueden ofrecer consuelo.
Al mismo tiempo, los adultos deben permitirse sentir sus propias emociones. Negar el dolor solo retrasa el proceso de recuperación.
Ofrecer Apoyo sin Imponerlo
Roxane Cohen Silver, profesora de psicología en la Universidad de California, Irvine, subraya la importancia de brindar apoyo de manera respetuosa. Las personas afectadas deben tener la libertad de decidir cuánto quieren compartir y cuándo. Ofrecer ayuda práctica, como alojamiento temporal o comida, puede marcar una gran diferencia.
Lauren Mott, del programa de asesoramiento clínico en salud mental de la Universidad de Phoenix, recomienda evitar frases que puedan parecer despectivas, como «Podría haber sido peor». En cambio, expresiones como «Lamento que estés pasando por esto» o «¿Cómo puedo ayudarte?» son más empáticas y efectivas.
Autocuidado y Atención Profesional
El autocuidado es crucial durante estos momentos difíciles. Técnicas como la atención plena, la respiración profunda y la meditación pueden ayudar a manejar emociones abrumadoras. Además, escribir un diario o dedicar tiempo a la oración puede proporcionar un espacio para procesar el duelo.
Si los síntomas incluyen ansiedad severa, pensamientos suicidas o dificultades para funcionar en la vida diaria, buscar ayuda profesional es esencial. Como dice el reverendo John Shaver, quien perdió su iglesia y su hogar en un incendio forestal: «Todo el mundo necesita ayuda en este momento. Y no es culpa nuestra. Son simplemente las circunstancias del momento».