Científicos chinos han desarrollado ladrillos a partir de simulante lunar para construir futuras bases lunares, utilizando impresión 3D.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong (HUST), en China, ha desarrollado una solución innovadora para la construcción de bases lunares: ladrillos fabricados con un material que imita la composición del suelo lunar.
Este avance ha sido anunciado por la agencia de noticias Xinhua y forma parte de los esfuerzos chinos por liderar la exploración espacial y la construcción de infraestructuras fuera de la Tierra.
Liderado por el investigador Ding Lieyun, el equipo utilizó un simulador de suelo lunar para crear estos “ladrillos lunares”, los cuales resultaron ser más de 3 veces más resistentes que los ladrillos rojos convencionales o los de hormigón. Este invento no solo ofrece una opción robusta para la construcción en la Luna, sino que también podría cambiar la manera en que se concibe la infraestructura en el espacio.
Los investigadores explicaron que estos ladrillos son una solución eficiente para la creación de estructuras en la superficie lunar, donde las condiciones son extremas y desafiantes para la construcción convencional. Gracias a sus propiedades de resistencia, los ladrillos lunares podrían soportar las duras condiciones del entorno lunar, incluidas las fluctuaciones de temperatura, la radiación cósmica y la exposición al vacío espacial.
Impresión 3D: una solución innovadora para la construcción lunar
Además de la creación de ladrillos, el equipo también ha desarrollado tecnología de manufactura aditiva para facilitar la construcción en la Luna. Uno de los avances clave fue la invención de un robot de impresión 3D capaz de utilizar suelo lunar para imprimir estructuras completas. Esta técnica, que utiliza directamente los materiales presentes en la superficie lunar, reduciría significativamente el costo y la logística de transportar materiales desde la Tierra.
Zhou Cheng, otro miembro destacado del equipo, señaló que trabajaron con diferentes composiciones del simulante lunar y aplicaron 3 tipos distintos de procesos de sinterización para optimizar la creación de los ladrillos. Esto proporciona datos científicos valiosos que pueden ayudar a seleccionar los materiales adecuados y mejorar los procesos de construcción en futuros proyectos lunares.
Composición del suelo lunar: un desafío para la construcción
El suelo lunar, conocido también como regolito lunar, varía considerablemente, según el lugar de la Luna donde se recoja. Cheng explicó que el simulante de suelo utilizado por el equipo imita las composiciones del suelo de varios sitios lunares clave, incluido el lugar donde aterrizó la misión china Chang’e-5, caracterizado principalmente por la presencia de basalto. En otras zonas, la composición es diferente, con suelos dominados por anortosita.
Dado que la composición del suelo lunar no es homogénea, los investigadores han puesto especial énfasis en probar diferentes tipos de simulantes y técnicas de procesamiento para asegurarse de que sus ladrillos sean efectivos en distintos entornos lunares. Además, los ladrillos deberán someterse a diversas pruebas para garantizar su resistencia a las condiciones extremas que se dan en la Luna.
Uno de los mayores desafíos para cualquier tipo de construcción en la Luna es el entorno hostil. Durante el día lunar, las temperaturas pueden superar los 180°C, mientras que durante la noche lunar pueden caer por debajo de los -190°C. Además, la Luna está expuesta a radiación cósmica intensa y experimenta frecuentes sismos lunares, conocidos como “lunamotos”.
Para superar estos desafíos, los ladrillos creados por el equipo de HUST deberán ser probados rigurosamente. Cheng explicó que el equipo evaluará si la resistencia mecánica de los ladrillos se degrada en el entorno lunar y si estos materiales pueden soportar las vibraciones causadas por los lunamotos. También es necesario evaluar el aislamiento térmico de los ladrillos y su capacidad para resistir la radiación cósmica.
Como parte del proceso de validación, los ladrillos lunares serán enviados a la estación espacial china a bordo de la nave de carga Tianzhou-8. Una vez allí, se evaluará su rendimiento mecánico y térmico, así como su capacidad para resistir la radiación cósmica. Se espera que los primeros ladrillos lunares sean traídos de vuelta a la Tierra para su análisis a finales de 2025.
China ha mostrado su compromiso con la exploración espacial a través de un ambicioso plan a mediano y largo plazo. El país ha presentado una hoja de ruta para el desarrollo de la ciencia espacial hasta 2050. Dentro de este programa, está prevista la construcción de una estación internacional de investigación lunar, que comenzará a tomar forma entre 2028 y 2035.
Este tipo de investigaciones demuestra cómo la innovación y la tecnología pueden allanar el camino para la presencia humana permanente en la Luna, con la construcción de bases capaces de resistir las duras condiciones de nuestro satélite natural.
Rafael Santos