
La elección de Bad Bunny para el Super Bowl 2026 ha generado una intensa polémica en Estados Unidos, especialmente por su defensa del español en un evento donde el inglés ha sido siempre el idioma predominante. El artista puertorriqueño, conocido por su orgullo latino, ha utilizado su plataforma para reivindicar la diversidad cultural, desafiando así las políticas y discursos que buscan homogeneizar la identidad nacional.
En su reciente aparición en Saturday Night Live, Bad Bunny reafirmó el legado latino en EE. UU. y desafió a los espectadores a aprender español antes del Super Bowl: «Tienen cuatro meses», dijo, una declaración que ha motivado a miles a compartir videos en redes sociales intentando cantar sus canciones en español. Este gesto ha sido visto como un llamado a la inclusión, donde el idioma se convierte en un símbolo de resistencia y no en una barrera.
Para la lingüista Maia Sherwood, la decisión de Bad Bunny de hablar en español en espacios mediáticos angloparlantes representa una «reivindicación del poder lingüístico», donde el español, tradicionalmente subordinado al inglés, adquiere un nuevo estatus de prestigio. «No es una cuestión de separación, sino de reconocimiento y celebración de la diversidad», explicó Sherwood, quien destaca que el artista no busca confrontación, sino visibilidad para una comunidad que ha sido históricamente marginada.
La reacción conservadora ha sido inmediata. El presidente Donald Trump criticó la decisión de la NFL, calificándola de «ridícula», mientras que grupos como Turning Point USA han anunciado un evento alternativo durante el Super Bowl. Sin embargo, para muchos latinos, la presencia de Bad Bunny en el escenario más importante del país es un momento histórico, que valida su cultura y desafía los estereotipos que han limitado su representación en la sociedad estadounidense.