Por: Rafael Santos
Horrible crimen en el Subway de Nueva York: El guatemalteco acusado de asesinato enfrenta la justicia
El domingo 22 de diciembre, una tragedia sacudió la ciudad de Nueva York cuando una mujer fue prendida en llamas dentro de un tren de la línea F en su terminal sur, la estación Coney Island-Stillwell Avenue. Este atroz crimen, captado en video y ampliamente difundido en redes sociales, no solo dejó consternada a la comunidad, sino que también reavivó el debate sobre la seguridad en el sistema de transporte público y el impacto de la inmigración irregular en los delitos urbanos.
Los hechos
En el video que circuló ampliamente, se observa a un hombre sentado en un banco de la plataforma, mirando impasible cómo las llamas consumían a la mujer. Aunque los trabajadores del metro y la policía actuaron rápidamente para extinguir el fuego, la víctima fue declarada muerta poco después, a las 7:48 a.m.
Horas más tarde, la policía detuvo a Sebastián Zapeta Calil, un inmigrante guatemalteco de 33 años, como principal sospechoso. Según las autoridades, Zapeta vestía la misma ropa que el hombre visto en los videos y llevaba consigo un encendedor, evidencia clave que lo relaciona con el crimen.
Un hombre sin hogar y con antecedentes
Las investigaciones revelaron que Zapeta estaba bajo los efectos del alcohol al momento del incidente. Además, había sido deportado en 2018, pero regresó al país en una fecha desconocida y actualmente vivía en un refugio en Nueva York.
Un portavoz de la Coalición para las Personas sin Hogar señaló que este caso refleja las fallas estructurales de la ciudad para proporcionar viviendas asequibles. “Este terrible asesinato pone de manifiesto la vulnerabilidad de las personas que viven en la calle y cómo son, con más frecuencia, víctimas que perpetradores de violencia”, destacó.
La percepción de inseguridad en el Subway
Usuarios habituales del metro han expresado su creciente sensación de inseguridad. Kevin Feria, un colombiano que utilizó el sistema de transporte como refugio durante su primer invierno en la ciudad, relató el miedo constante a posibles agresiones.
Otro pasajero, José González, comentó que muchas personas en situación de calle que utilizan el metro pueden volverse agresivas si se sienten observadas. Sin embargo, estadísticas recientes indican que los crímenes en el sistema de transporte han disminuido desde los picos alcanzados durante la pandemia, aunque la percepción pública sigue siendo negativa.
Implicaciones políticas y xenofobia
El caso ha sido aprovechado por figuras públicas para reforzar narrativas en contra de la inmigración irregular. Tom Homan, exdirector de ICE y actual asesor en temas fronterizos, declaró en Fox News que “este es otro ejemplo de un inmigrante indocumentado que comete un acto violento contra un ciudadano estadounidense”.
Sin embargo, activistas y migrantes rechazan generalizaciones de este tipo. José González, un guatemalteco residente, expresó: “No todos somos iguales. La mayoría venimos a trabajar y cumplir la ley”. Informes previos han demostrado que los inmigrantes no son responsables de la mayoría de los delitos en el país, pese a la retórica negativa.
Los cargos y el proceso judicial
Zapeta enfrenta cargos de asesinato en primer grado e incendio provocado. Fue procesado el martes 24 de diciembre y este viernes 27 comparecerá nuevamente ante el tribunal penal de Brooklyn.
El alcalde Eric Adams sugirió que fiscales federales asuman el caso, lo que podría resultar en una acusación bajo la ley federal por incendio provocado con resultado de muerte. Si es hallado culpable, Zapeta podría enfrentar una condena de 25 años a cadena perpetua.
Este crimen ha dejado una huella profunda en la ciudad, resaltando tanto las deficiencias en la atención a personas sin hogar como las tensiones sociales en torno a la inmigración y la seguridad pública.