
El alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, ha sido suspendido de su cargo y encarcelado este domingo, acusado de corrupción. Imamoglu, de 53 años, fue trasladado a la prisión de Silivri junto con varios coacusados, según informaron su partido y medios locales. Este arresto ha desatado las mayores protestas en Turquía en más de una década.
Imamoglu, quien ha negado vehementemente las acusaciones desde el principio, calificándolas de «inmorales y sin fundamento», también fue suspendido de sus funciones el mismo día. En un mensaje difundido por sus abogados, Imamoglu declaró que el proceso judicial en su contra es una «ejecución sin juicio» y llamó a la nación a luchar.
El Partido Republicano del Pueblo (CHP), al que pertenece Imamoglu, ha calificado la situación como un «golpe de Estado político» y ha anunciado que recurrirá la decisión del tribunal. A pesar de su arresto, el CHP mantuvo las primarias en las que Imamoglu estaba previsto como candidato para las elecciones presidenciales de 2028.
Millones de personas participaron en las primarias, con una alta afluencia de votantes no afiliados al partido, demostrando su apoyo al alcalde encarcelado. El líder del CHP, Özgur Özel, afirmó que Imamoglu está en camino tanto a la cárcel como a la presidencia.
Las protestas continuaron por quinto día consecutivo en Estambul, con la gobernación extendiendo la prohibición de reuniones hasta el miércoles por la noche. Las autoridades también anunciaron restricciones para ingresar a la ciudad, aunque no se especificó cómo se implementarían estas medidas.
La detención de Imamoglu ha generado una ola de indignación en el país, con manifestaciones extendiéndose a al menos 55 provincias. La red social X denunció que las autoridades turcas pidieron el cierre de más de 700 cuentas, una medida que la plataforma considera ilegal e impeditiva del acceso a la información y al debate político.