
El huracán Erin ha alcanzado la categoría 5, la máxima en la escala Saffir-Simpson, con vientos que superan los 257 kilómetros por hora, convirtiéndose en el primer gran huracán de la temporada atlántica 2025. Este sistema, que se intensificó de manera extraordinaria en menos de un día, representa una amenaza significativa para el Caribe, aunque su trayectoria actual lo mantiene alejado de un impacto directo en tierra. Sin embargo, su cercanía a islas como Puerto Rico, las Islas Vírgenes y las Antillas Menores ha generado alertas por posibles inundaciones, deslizamientos y vientos huracanados.
Las autoridades de Puerto Rico han inspeccionado 367 refugios y cerrado seis puertos marítimos, mientras que en las Bahamas se han preparado albergues temporales. Aunque Erin no se espera que toque tierra, su tamaño podría aumentar en los próximos días, generando olas peligrosas y corrientes de resaca en la costa este de Estados Unidos. Los meteorólogos advierten que, aunque el centro del huracán permanezca en el mar, sus efectos indirectos podrían ser devastadores para las zonas costeras, incluyendo lluvias torrenciales y marejadas ciclóneas.