
El Gobierno de Venezuela ha emitido una condena contundente contra Estados Unidos por el uso de la ley de Enemigos Extranjeros de 1798, calificándola como «anacrónica e ilegal». Esta ley ha sido utilizada para expulsar a 238 miembros de la organización criminal venezolana del Tren de Aragua, quienes fueron enviados a la CECOT, una ‘supercárcel’ de máxima seguridad en El Salvador.
La Presidencia venezolana ha denunciado que esta ley «criminaliza de forma infame e injusta a la migración venezolana», comparando esta acción con los episodios más oscuros de la historia, como la esclavitud y los campos de concentración nazis. La ley, diseñada para ser invocada en tiempos de guerra o invasión, permite a la Administración estadounidense deportar inmediatamente a los detenidos.
Venezuela ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional, especialmente a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), para que se movilice en defensa de los derechos de los migrantes y denuncie esta acción ante el mundo.
El Gobierno venezolano también ha señalado a opositores como María Corina Machado, Julio Borges, Carlos Paparoni y Leopoldo López, acusándolos de sugerir medidas coercitivas unilaterales contra el pueblo venezolano y de organizar una red criminal de coyotes especializados en la migración ilegal a Estados Unidos.