Por: Rafael Santos
Gracias a un fenómeno descubierto por Albert Einstein hace más de un siglo, el telescopio espacial James Webb ha logrado captar la luz de una galaxia muy lejana, revelando detalles nunca antes vistos sobre la formación del universo.
El telescopio James Webb, conocido por ser el observatorio espacial más potente jamás construido, logró capturar una imagen de lo que probablemente fue la apariencia de nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, cuando aún se encontraba en sus primeras etapas de formación. La imagen, que muestra diez bolas de estrellas de diferentes colores, parece un conjunto de adornos brillando como luces navideñas en el vasto cosmos. Esta primera imagen de una galaxia en formación se ha denominado “Firefly Sparkle” (Brillo de Luciérnagas), debido a su apariencia similar a un enjambre de luciérnagas multicolores en el espacio.
La profesora Catherine Heymans, del Observatorio Real de Escocia, comentó a la BBC sobre el descubrimiento, destacando la belleza del fenómeno. “Me encanta la galaxia brillante con sus luces navideñas brillando como cuando el universo tenía solo 600 millones de años”, expresó. Esta imagen no solo es visualmente deslumbrante, sino que también marca un hito en la astronomía al ser la primera vez que los científicos pueden observar cómo se agrupan las estrellas para formar una galaxia similar a la nuestra. La imagen, además, contiene pistas valiosas sobre los primeros momentos del universo y su evolución.
La galaxia captada por el telescopio está situada a más de 13.000 millones de años luz de distancia, lo que significa que la luz que vemos hoy proviene de un tiempo cercano al origen del universo, poco después del Big Bang. Esta distancia y la antigüedad de la luz convierten a Firefly Sparkle en uno de los objetos más antiguos y lejanos observados hasta la fecha. Lo que hace aún más impresionante este hallazgo es el fenómeno de “lente gravitacional”, un proceso que fue explicado por Einstein en su teoría de la relatividad general. En este caso, un cúmulo de galaxias ubicado entre el James Webb y la galaxia Firefly Sparkle actuó como una lupa gigante, amplificando la luz de la galaxia distante y permitiendo a los astrónomos observarla con un detalle nunca antes posible.
El Dr. Kartheik Iyer, codirector de la investigación y miembro de la Universidad de Columbia en Nueva York, explicó que este proceso de “lente gravitacional” permitió que los investigadores pudieran ver detalles asombrosos de la galaxia en formación. “Toma la luz que viene de la luciérnaga, la dobla y la amplifica para que podamos verla con glorioso detalle”, señaló. Gracias a este fenómeno, los astrónomos pudieron reconstruir cómo los cúmulos de estrellas en formación activa están rodeados por una luz difusa proveniente de otras estrellas.
La Dra. Lamiya Mowla, del Wellesley College en Massachusetts, quien codirigió la investigación, afirmó que este descubrimiento es especialmente significativo porque proporciona una visión sin precedentes sobre la formación de galaxias en el universo primitivo. “Estamos viendo una galaxia mientras se está formando ladrillo a ladrillo”, explicó. Para los científicos, este tipo de observación es un paso fundamental en la comprensión de cómo se originaron las galaxias y, por ende, cómo se estructuró el universo en sus primeros momentos.
La imagen de Firefly Sparkle también ofrece información crucial sobre los diferentes estados de formación de las estrellas en la galaxia. Los colores vibrantes de los cúmulos de estrellas indican que se encuentran en distintas etapas de su evolución, lo que es una señal de la intensa actividad que caracteriza los primeros momentos de vida de una galaxia. Según la Dra. Mowla, “la vida temprana de una galaxia es extremadamente activa, con nuevas estrellas naciendo, otras estrellas masivas muriendo, y un ambiente lleno de gas, polvo, nitrógeno y oxígeno”.
Este descubrimiento es solo uno de los muchos logros que el telescopio James Webb ha alcanzado desde su lanzamiento. Su capacidad para observar las primeras etapas de formación de galaxias abre nuevas posibilidades para entender el origen del universo. Como indicó la profesora Heymans, “es asombroso que los humanos hayan construido un telescopio que nos permite mirar tan atrás en el tiempo y ver estas fases nacientes de la galaxia de una manera tan hermosa y festiva”.
El telescopio James Webb continúa siendo una herramienta fundamental en el estudio del cosmos, ayudando a los científicos a responder preguntas clave sobre el origen y la evolución del universo. La posibilidad de observar eventos tan lejanos y antiguos no solo amplía nuestros conocimientos sobre el espacio, sino que también nos permite maravillarnos ante la inmensidad y complejidad del cosmos.