Una nueva ola de acusaciones ha golpeado al magnate del hip-hop Sean “Diddy” Combs, quien ahora enfrenta al menos seis demandas presentadas en un tribunal federal de Manhattan. Las denuncias, que abarcan desde agresiones sexuales a mujeres, abuso de menores y hombres, han sacudido el mundo del entretenimiento. Estas demandas, presentadas de manera anónima bajo los seudónimos Jane Doe para las mujeres y John Doe para los hombres, detallan episodios escalofriantes que datan de décadas atrás.
Entre los acusadores se encuentra un hombre que afirma haber sido abusado por Combs cuando tenía solo 16 años en una de las icónicas fiestas blancas del rapero en los Hamptons en 1998. Según la demanda, el entonces adolescente fue sometido a un “ritual de iniciación” en el que se le ordenó bajar los pantalones, supuestamente como un paso necesario para ingresar al negocio de la música. Años después, el demandante comprendió que había sido víctima de una agresión sexual.
Esta demanda es solo una de varias presentadas tras el arresto de Combs por tráfico sexual el mes pasado, un caso que ha revelado lo que los abogados de las víctimas describen como una red extensa de más de 100 presuntas víctimas que están en proceso de emprender acciones legales. Las denuncias no se limitan a abusos de menores, también incluyen relatos de violaciones, agresiones físicas y coerción sexual.
Por ejemplo, una de las Jane Doe relata que en 2004, mientras era estudiante universitaria, fue violada por Combs en una habitación de hotel cerrada con llave. Ella y una amiga habían sido invitadas a una fiesta donde les dieron bebidas y se les animó a consumir cocaína. La demanda afirma que Combs amenazó con matarlas si no cumplían con sus exigencias. Otro incidente detallado involucra una agresión en 2005, durante una fiesta para un video musical del fallecido rapero Biggie Smalls, donde una mujer alega que fue atacada y violada por Combs en un baño después de intentar resistirse a sus avances.
Las demandas también describen ataques a hombres, uno de los cuales fue drogado y agredido sexualmente por Combs durante una de sus fiestas en los Hamptons en 2006. Otro hombre acusa a Combs de haberle obligado a practicarle sexo oral en un almacén en Macy’s, en pleno Manhattan, en 2008. Los relatos son perturbadores, y las víctimas describen cómo se sintieron impotentes bajo el poder y la influencia de Combs.
Hasta ahora, Combs ha negado todas las acusaciones. Sus abogados han tratado de desestimar las demandas como parte de un “circo mediático imprudente” y han afirmado que Combs no puede responder a cada acusación sin fundamento. Sin embargo, el magnate de 54 años se enfrenta a una dura batalla legal, no solo en el ámbito civil, sino también en el penal. Actualmente, está detenido en una prisión federal en Brooklyn, acusado de tráfico sexual y conspiración para cometer crimen organizado. A pesar de los intentos de su equipo legal por obtener su libertad bajo fianza, los jueces han rechazado estos pedidos debido al riesgo de que Combs podría manipular testigos y obstruir la investigación.
La gravedad de las acusaciones sigue aumentando a medida que más víctimas se presentan, pintando un panorama oscuro sobre la figura de Combs y su legado en la industria de la música. Las demandas recientes no solo exponen los presuntos crímenes, sino que también destacan el trauma persistente de las víctimas, quienes, en muchos casos, han guardado silencio durante años debido al miedo y al desequilibrio de poder. El proceso judicial aún está en marcha, y se espera que nuevas revelaciones y testimonios continúen saliendo a la luz, intensificando el caso contra una de las figuras más prominentes del hip-hop.
Por: Rafael Santos