El ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, realizó un llamado urgente a las familias dominicanas para transformar las loncheras escolares, reemplazando los alimentos ultraprocesados por opciones nutritivas que favorezcan el crecimiento y desarrollo de los niños. En un contexto donde la obesidad infantil y la diabetes tipo 2 están en aumento, Atallah enfatizó que es hora de priorizar la salud sobre las «chucherías» que dominan muchas loncheras.
¿Qué debe incluir una lonchera saludable? Según el ministro, una lonchera equilibrada debe contener:
- Proteínas: Esenciales para el desarrollo muscular y cerebral. Ejemplos:
- Huevos cocidos o revueltos.
- Pollo o carne magra (preparados sin exceso de grasa).
- Queso fresco o yogur natural (sin azúcar añadido).
- Carbohidratos complejos: Para evitar picos de glucosa:
- Plátano, yuca o batata (cocidos o en puré).
- Pan integral o galletas de avena caseras.
- Frutas frescas (manzana, pera o mandarina).
- Vegetales: Para aportar fibra y vitaminas:
- Zanahorias, pepino o tomates cherry (cortados en bastones).
- Hummus o guacamole como dip saludable.
- Hidratación: Solo agua natural. Los jugos en cajita y las bebidas azucaradas deben eliminarse.
El peligro de los alimentos ultraprocesados Atallah advirtió que los snacks azucarados, las galletas y los jugos en cajita no solo contribuyen a la obesidad, sino que también afectan el rendimiento escolar. «Un niño que consume azúcar a media mañana tendrá un bajón de energía y le costará concentrarse», explicó. Además, estos hábitos aumentan el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
Datos alarmantes:
- 1 de cada 3 niños dominicanos tiene sobrepeso u obesidad (OPS).
- El consumo de azúcar en la infancia está vinculado a un mayor riesgo de hígado graso antes de los 20 años.
- Los niños que no consumen suficientes proteínas y vegetales tienen un 30% más de probabilidades de sufrir deficiencias nutricionales.
Estrategias para educar a los niños Atallah reconoció que algunos niños pueden resistirse a los cambios, pero ofreció consejos para facilitar la transición:
- Involucrarlos en la preparación: Dejar que elijan entre dos frutas o ayudar a cortar los vegetales.
- Presentar los alimentos de forma atractiva: Usar moldes para cortar sándwiches en formas divertidas.
- Ser pacientes y constantes: «Los niños pueden rechazar un alimento hasta 10 veces antes de aceptarlo, pero los padres no deben rendirse», afirmó.
Un mensaje claro: «Menos azúcar, más nutrientes» El ministro fue enfático: «Una lonchera no es un paquete de papitas y un refresco. Es una oportunidad para enseñar a nuestros hijos a comer bien y prevenir enfermedades». También recordó que la alimentación escolar es clave para combatir la obesidad infantil y otros problemas metabólicos.
Ejemplo de una lonchera saludable:
- Proteína: Un sándwich de pollo con pan integral.
- Carbohidrato: Bastones de yuca cocida.
- Vegetal: Palitos de zanahoria con hummus.
- Frutas: Una manzana o pera.
- Bebida: Agua natural en una botella reutilizable.
El rol de las escuelas y el Estado Atallah también hizo un llamado a las escuelas y al Estado para que implementen medidas como:
- Prohibir la venta de alimentos ultraprocesados en los quioscos escolares.
- Promover talleres de nutrición para padres y estudiantes.
- Fomentar huertos escolares para que los niños aprendan a cultivar y consumir vegetales frescos.
Conclusión: Un cambio urgente para el futuro «No se trata de quitarles el gusto a los niños, sino de enseñarles a disfrutar de alimentos que los mantendrán sanos», concluyó Atallah. El llamado es a actuar ahora, porque los hábitos que se forman en la infancia determinarán la salud de los adultos del mañana.
¿Cómo empezar?
- Elimina los azúcares ocultos: Reemplaza los jugos en cajita por agua o infusiones naturales.
- Incluye una proteína: Huevos, pollo o queso fresco son opciones fáciles y nutritivas.
- Añade vegetales: Aunque al principio cueste, presenta las zanahorias o el brócoli de forma creativa.
- Involucra a tus hijos: Déjalos participar en la preparación de su lonchera.
«Una lonchera saludable es un acto de amor hacia el futuro de nuestros hijos».