El joven John Lariel Báez Álvarez, conocido como «Jhon 42», se entregó voluntariamente a las autoridades este viernes 31 de octubre de 2025 para responder por el disparo que hirió a una niña de 10 años en el sector Capotillo, del Distrito Nacional. El incidente, ocurrido el miércoles 29 de octubre, ha generado indignación y ha puesto en evidencia los riesgos del uso indiscriminado de armas de fuego en zonas residenciales.
El incidente que conmocionó a la comunidad
Según el informe policial, el hecho ocurrió durante una discusión violenta entre el padre de Báez Álvarez y otro hombre. En medio del conflicto, «Jhon 42» tomó la pistola Súper calibre 9 mm de su padre y realizó varios disparos al aire, uno de los cuales impactó a la niña, que jugaba cerca. La menor fue trasladada de emergencia a un centro médico, donde se encuentra estable, aunque con una herida en la parte baja de la espalda.
El arma fue entregada voluntariamente por el padre del joven, quien también está bajo investigación para determinar si tenía permiso legal para portarla.
Un problema recurrente: Violencia con armas en zonas residenciales
Este caso no es aislado. En República Dominicana, los conflictos con armas de fuego han dejado cientos de víctimas inocentes en los últimos años. Según la Procuraduría General, en 2025 se han registrado más de 300 incidentes con armas en el Distrito Nacional, muchos de ellos con víctimas colaterales, como la niña de Capotillo.
«Es inaceptable que una discusión termine con una niña herida. Necesitamos leyes más estrictas», declaró María Fernández, vecina del sector.
El proceso legal y las posibles consecuencias
Báez Álvarez será presentado ante el Ministerio Público, donde podría enfrentar cargos por:
- Tenencia ilegal de arma (si el padre no tenía permiso).
- Disparos al aire en zona poblada (delito penal).
- Lesiones por negligencia (por el daño a la niña).
El padre del joven también está bajo investigación, ya que, según la ley, el dueño de un arma es responsable de su uso adecuado. Si se determina que no tomó precauciones, podría enfrentar cargos por negligencia.
La comunidad exige justicia y cambios
Los vecinos de Capotillo han expresado su indignación y exigen mayor control de armas y programas de educación ciudadana. «No podemos seguir viviendo con miedo a las balas perdidas», afirmó Carlos Méndez, líder comunitario.
Organizaciones como el Colectivo por la Seguridad Ciudadana han pedido al gobierno que refuerce las leyes de tenencia de armas y que se implementen campañas de concientización sobre los riesgos de su uso indiscriminado.
¿Qué sigue en este caso?
Mientras «Jhon 42» espera su audiencia, la Policía Nacional continúa investigando si hubo negligencia por parte del padre y si el arma estaba registrada legalmente. El caso ha reavivado el debate sobre la necesidad de regular el porte de armas en el país.