La operación policial contra el Comando Vermelho en Río de Janeiro ha dejado un saldo de 132 muertos, según la Defensoría Pública, lo que la convierte en la más mortífera de la historia de la ciudad. Aunque el gobierno regional solo ha confirmado 119 fallecidos, la cifra sigue en aumento mientras se recuperan más cuerpos en las zonas afectadas.
Cifras en conflicto y testimonios de violencia
La Defensoría Pública, que ha recabado testimonios de habitantes y familiares de las víctimas, elevó la cifra de fallecidos y denunció una «violencia estatal sin precedentes». Por su parte, el Gobierno de Río informó que 115 de los muertos eran presuntos miembros del Comando Vermelho, junto con 4 agentes policiales caídos en los enfrentamientos.
El secretario de la Policía Civil, Felipe Curi, defendió la operación como «legítima», pero periodistas en el lugar reportaron un mayor número de cadáveres que los contabilizados oficialmente, lo que sugiere que la cifra podría seguir creciendo.
Impacto en la comunidad
Durante la operación, el Comando Vermelho respondió con bloqueos en la zona norte de Río, afectando el transporte público y provocando el cierre de escuelas y centros de salud. Aunque este miércoles no se reportaron nuevos bloqueos, muchos comercios y escuelas en los barrios afectados siguen cerrados, reflejando el clima de incertidumbre y miedo.
Reacciones y exigencias de justicia
Además de los fallecidos, la policía arrestó a 113 sospechosos y decomisó 119 armas y 14 artefactos explosivos. Sin embargo, la controversia por el alto número de muertos sigue dominando el debate. Organizaciones de derechos humanos y residentes de las favelas exigen una investigación independiente para determinar si hubo abusos y ejecuciones extrajudiciales durante la operación.
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