
En una entrevista íntima y reveladora para el podcast «Call Her Daddy», Kim Kardashian abrió su corazón sobre los motivos reales que la llevaron a divorciarse de Kanye West en 2022, tras años de intentar salvar un matrimonio que, según ella, se había vuelto tóxico e insostenible. La pareja, que se casó en 2014 y compartió cuatro hijos, enfrentó una serie de desafíos que culminaron con la decisión de Kardashian de priorizar su salud mental y la de sus hijos. «Cuando alguien tiene un episodio de salud mental, quieres apoyarle y ayudarle a superar eso», explicó, refiriéndose al diagnóstico de trastorno bipolar que West recibió en 2016. Sin embargo, la situación se complicó cuando él se negó a buscar tratamiento o a realizar cambios que pudieran mejorar su dinámica familiar. «Si esa persona no está dispuesta a hacer lo necesario para mejorar, la relación se vuelve dañina», confesó, describiendo cómo la imprevisibilidad y los arrebatos de West crearon un ambiente de inseguridad constante para ella y sus hijos.
Kardashian admitió que, durante un tiempo, se aferró a la esperanza de que las cosas mejorarían, pero finalmente comprendió que su bienestar emocional estaba en riesgo. «Llegó un momento en que ya no podía ser la madre que mis hijos necesitaban», dijo, explicando cómo la ansiedad y el estrés la llevaron a tomar la difícil decisión de separarse. «Tuve que salvarme para poder ser una mejor madre», añadió, subrayando que su prioridad siempre fue proteger a sus hijos de un entorno que ya no era seguro. Uno de los episodios más reveladores fue cuando West regaló todos sus vehículos sin previo aviso, un acto que, según ella, reflejó la inestabilidad que marcaba su relación y que la llevó a cuestionar su futuro junto a él.
La falta de seguridad emocional y financiera también fue un factor determinante en su decisión. «No me sentía segura en ningún aspecto de mi vida», confesó Kardashian, explicando cómo los comportamientos erráticos de West y su negativa a buscar ayuda generaron un entorno donde ella ya no podía confiar en la estabilidad de su familia. Aunque no entró en detalles específicos sobre las tensiones económicas, sus declaraciones sugieren que la inseguridad de West afectó múltiples aspectos de su vida, incluyendo la crianza de sus hijos y su propia salud mental.
Desde el divorcio, la relación entre Kardashian y West ha seguido siendo tensa, especialmente en lo que respecta a la custodia de sus hijos. El rapero ha tenido arrebatos públicos en los que acusa a Kardashian de interferir en su relación con los niños, lo que ha mantenido el conflicto en la esfera mediática. A pesar de las dificultades, Kardashian ha intentado mantener un enfoque en el bienestar de sus hijos, aunque reconoce que la co-parentalidad con West sigue siendo un desafío constante. «Lo más importante es que mis hijos se sientan amados y seguros», afirmó, dejando claro que su prioridad es brindarles un entorno estable, incluso en medio de las tensiones con su exesposo.
El testimonio de Kardashian es un recordatorio poderoso de la importancia de priorizar la salud mental, incluso cuando eso implica tomar decisiones difíciles. Su historia refleja los desafíos de convivir con alguien que enfrenta problemas de salud mental no tratados, y cómo, en algunos casos, el amor no es suficiente para sostener una relación que se ha vuelto dañina. Para Kardashian, el divorcio no fue un fracaso, sino una necesidad para reconstruir su vida y la de sus hijos en un entorno más saludable y predecible.