
Un brutal ataque en el Metro de Nueva York ha conmocionado a la ciudad tras la muerte de Nicola Tanzi, un guardia de seguridad de 64 años, a manos de David Mazariegos, un joven de 25 años con un historial de 33 arrestos previos. El incidente ocurrió en la estación Jay St-Metrotech de Brooklyn, donde Mazariegos confesó a las autoridades que el motivo del ataque fue una simple «mala mirada» de la víctima. Según informes, el agresor golpeó, pateó y pisoteó la cabeza de Tanzi al menos 15 veces, dejando al hombre en estado crítico. Tanzi fue trasladado de urgencia al New York-Presbyterian Brooklyn Methodist Hospital, donde finalmente falleció.
El caso ha reavivado el debate sobre la seguridad en el transporte público de Nueva York, especialmente después de que, en menos de una semana, se registraran tres muertes en el Metro, incluyendo la de dos adolescentes que practicaban «surfear» trenes. Aunque las estadísticas del NYPD indican una reducción del 4.3% en delitos relacionados con el transporte público en 2025, la percepción de inseguridad entre los pasajeros sigue siendo alta. Solo el 45% de los usuarios se sienten seguros en trenes y estaciones, según una encuesta de la MTA. Este caso, junto con otros recientes, subraya la urgencia de abordar no solo la seguridad física, sino también los problemas sociales subyacentes, como la indigencia y el abuso de sustancias.
Mazariegos, quien se describe como artista en redes sociales, fue detenido horas después del ataque y enfrenta cargos por homicidio. Las autoridades enfatizaron que, aunque el sospechoso admitió el crimen, se presume inocente hasta que se demuestre su culpabilidad en un tribunal. Mientras tanto, la comunidad exige justicia para Tanzi y medidas concretas para prevenir futuros ataques en el sistema de transporte.